Alpes, Lagos y Mar
Viajar en coche: Milán (3)

Prosiguiendo por la misma calle, sobrepasamos la redonda iglesia renacimental de San Sebastián, llegamos a la plaza dominada por la iglesia románica de San Sepulcro, incorporada al conjunto de la Biblioteca y Pinacoteca Ambrosiana, rica, además de por los Codice de Leonardo de Vinci, por obras de pintores de escuela lombarda (entre cuyas obras la magnífica Beatriz de Este), de Ambrosio de Predis, cuadros de Bergoñon, Luini, etc.); véneta y flamenca; (Brueghel, llamado el Vellutti).

Por la calle de Santa Úrsula se va al Palacio Borromeo, raro ejemplo de morada patricia del '400, con elegante atrio y alegres frescos profanos que ilustran juegos, casas y entretenimientos de la vida lombarda del Renacimiento.

Después de la animada plaza Cardusio, torcemos a la derecha para llegar a la Plaza de los Mercanti, corazón arquitectonico de la Milán civil antigua, con un cuadrilátero de maravillosos palacios: el románico Palacio de la Razón el de los Juricosultos (1562), el de Las Escuelas Palatinas (siglo XVII) y la Logia de los Osii (1316), joya medieval con estatuas dentro de los nichos.

Atraversamos la plaza del Duomo; la Galeria de sabor ochocentesco y llegamos a la plaza de la Scala, sobre la que se asoma el célebre Teatro. Muy cerca, la plaza que toma el nombre de la iglesia jesuíta de San Fidel ('500) con el noble edificio del Palacio Marino, tambien del quinientos.
Por calle Omenomi, con el homonimo Palacio adornado por membrudas cariatides (de Leoni, 1513), llegamos a Plaza Belgioso, con el armonioso Palacio neoclásico del mismo nombre.

Nuestra primera jornada milanesa se ha dedicado, sobre todo, al aspecto monumental de la ciudad; la siguiente, será dedicada a las grandes colecciones de arte.