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Entre Roma y Nápoles
Viajar en coche: Roma (2)
Al salir de la Iglesia se toma un breve recorrido a la derecha que nos conduce a la Plaza del Campidoglio (Capitolio), obra maestra urbanística-arquitectónica de Miguel Ángel, 1536, en el centro del Palacio Senatorio en donde el artista añadió la fuénte y el doble escalón: a los lados, los dos palacios diseñados por él; a la derecha el de los Conservadores, en cuyo interior se hallan las salas del Museo del mismo nombre y el del Nuevo, fundamentales colecciones arqueológicas, y la Pinacoteca Capitolina, una de las más fabulosas colecciones de escultura de la antigüedad clásica.
En el centro de la plaza, la estatua en bronce de Marco Aurelio, el emperador filósofo (II siglo).
Bajamos por detrás del Capitolio por el antiguo divo Argentario, con una sugestiva vista al Foro; se pasa junto a la antigua Cárcel Mamertina (en donde fuéron asesinados los conjurados de Catilina y Vercingerorige) y, donde según la leyenda, languidecieron San Pedro y San Pablo), y se desciende hacia las majestuosas ruinas del Foro de César, que franqueamos para entrar en los Foros Imperiales, calle que atravesamos para dirigirnos hacia las dos cúpulas casi gemelas: Santa Maria de Loreto y Santo Nombre de Maria, ante las que se abre el Poro Trajano; en el centro surge la maravillosa Columna erigida en honor de las empresas del emperador en Dacia, la actual Romanía (101-106); en el friso historiado, que se desenvuelve en espiral, se agrupan más de 2500 figuras que constituyen el más imponente documento de la escultura imperial romana.
Siguiendo la via de los Foros, llegamos a unas ruinas semicirculares: I Mercati Traianei (Mercado de Trajano), gran emporio de la Roma imperial.
El lugar es majestuoso; detrás de los mercados se eleva la Torre de las Milicias, medieval, y, a la derecha el armonioso palacio ('400) con logia de los Caballeros de Rodi (Rodas).