Salinas de Stagnone en Marsala, provincia de Trápani, Sicilia

Marsala

El territorio de Marsala tiene una capacidad particular para seducir al visitante. Será por sus panoramas únicos en el mundo, en vilo entre pasado y presente; o quizás porque historia y naturaleza en este lugar se encuentran y se superponen en una perfecta armonía. Es cierto que este rincón de la provincia de Trápani es capaz de suscitar sensaciones tales que permanecen grabadas en la memoria.

El primer escenario con el que uno tropieza, al llegar a Marsala, es el Stagnone, la laguna más grande de Sicilia.

El Stagnone, salinas en Marsala, Trápani

Considerada una de las zonas húmedas más importantes de Europa, es un espectáculo que entusiasma con las salinas que se reflejan en el cielo y sus cuatro preciosas islas: Isla Longa, Santa Maria, Schola y Mozia, delicadamente acostadas en el agua. Las salinas, que se extienden a lo largo de la costa, forman parte de la Reserva Natural de las Islas de Stagnone (www.salineditrapani.it).
Un lugar fuera del mundo, donde se puede vivir la emoción de ver las grandes palas de un molino, que aún funcionan, girar con el viento, accionando los engranajes internos. Después, por la tarde, ocasos extraordinarios encienden de mil colores los espejos de agua de las cubas en el candor de la sal.

Desde estas orillas, una barcaza conduce a otro destino extraordinario, Mozia, isla encantandora que custodia los restos de uno de los asentamientos púnicos más importantes del Mediterráneo en un marco natural de una belleza extraña.

Il giovinetto di Mozia, en el Museo Whithaker, en la isla fenicia de Mozia entre Marsala e Trápani

Permaneció durante muchos años escondida bajo el nombre de San Pantaleo; Mozia se descubrió en 1875, gracias a las excavaciones de un rico mercante, Giuseppe Whitaker, que encontró los antiguos asentamientos fenicios y lo que hoy en día es la colección más grande de manufacturados fenicios-púnicos de Sicilia, actualmente custodiada en la isla en la Villa Whitaker, que se ha convertido en museo.
En el museo también está expuesto el famoso Giovinetto di Mozia, una estatua de mármol de dimensión natural, verdaderamente enigmática, con su túnica muy entallada que envuelve el cuerpo del desconocido joven con delicadez y elegancia. En la parte sur de la isla aún se puede ver el Cothon, único ejemplo de cuenca artificial púnica existente en Sicilia.
El Tophet, el lugar sacro en el que los Fenicios ofrecían sus sacrificios a Tanit, diosa de la vida, la muerte y la fecundidad, ofrece un espectáculo que se encuentra entra la desolación y el horror, con las urnas cinerarias que contenían los restos de las víctimas diseminados en el terreno.

Camino Púpico hacia la Isla de Mozia, en Trápani

También encontramos el interesante camino púnico sumergido que, hasta hace sólo cincuenta años, recorrían los campesinos de Marsala con sus carros para llegar a la isla y vendimiar.
Mozia, reducida a escombros por Dionigi de Siracusa en 397 a.C., se halla en el origen de la vecina Marsala. Fueron precisamente los mozieses que evitaron la masacre, los que fundaron la ciudad. En la época se llamaba Lylibeo y se convirtió en la principal base naval púnica de Sicilia, mientras que el nombre actual deriva de la denominación árabe Marsa-Allah, Puerto de Dios. La historia es la compañera constante del turista, también en la ciudad, donde cada rincón evoca recuerdos del pasado. Como la que en un tiempo era la Puerta de mar, rebautizada Puerta Garibaldi desde que, el 11 mayo de 1860, la atravesó el héroe de los mundos desembarcado en el puerto con los Mille (los mil hombres de Garibaldi).

Camino Púpico hacia la Isla de Mozia, en Trápani

Rico de testimonios púnicos, romanos, árabes y normandos, el centro histórico de Marsala fascina con su Catedral, construida sobre un castillo normando preexistente, en cuyo interior están conservadas obras de Gagini y, en el Museo de los tapices anexo a la iglesia, ocho tapices flamencos de 1500. Marsala es considerada, con razón, la capital mundial de la Arqueología Naval, por la presencia en el Museo Arqueológico Baglio Anselmi de los restos excepcionales de un barco púnico, único resto arqueológico en el mundo de embarcación de combate. Mayor centro agrícola, industrial y comercial de la provincia de Trápani, Marsala es Ciudad del Vino gracias al homónimo vino licoroso, primer DOC de la isla por ancianidad y volumen productivo. También Garibaldi tuvo ocasión de apreciarlo y cuando, dos años después de la expedición, pidió un vaso de aquel vino licoroso dulce que había probado el día del desembarco, en su honor fue llamado Garibaldi Dulce.

Circuitos por Sicilia, con salidas regulares

El vino Marsala es un filo sutil que une la ciudad de Marsala con la cercana Petrosino, centro vitivinícola que ha vinculado su historia con la de John Woodhouse, el descubridor casual del célebre vino que en el siglo XVIII lo dio a conocer en Inglaterra y en todo el mundo. El escudo de los Woodhouse, que sobresale en el portal del homónimo Baglio, se ha convertido en el símbolo de la ciudad.
Historia y enología, por tanto, son los dos protagonistas de esta tierra que en cada paso relata un acontecimiento o una anécdota. Dondequiera estos lugares susurran leyendas y devuelven a la vida eventos pasados que han esculpido para siempre, en la historia, el nombre de las localidades de la zona.

    Cómo llegar a Marsala

  • En avión

    Aeropuerto de Trápani-Birgi
    www.trapaniairport.it

  • En coche

    Autopista A 29 Palermo - Trápani, dir. Mazara del Vallo

  • En tren

    Línea Palermo - Trápani (Vía Castelvetrano)

  • En autobús

    . Desde Trápani: Autoservizi AST.    Tel. 0923.21021

    . Desde Palermo: Autoservizi Salemi    Tel. 0923.981120

    . Desde Agrigento: Autoservizi Lumia    Tel. 0922.20414