Entre Románico y Renacimiento
Viajar en coche: Pisa

Ruta entre Románico y Renacimiento en Italia

PISA. He aquí otra antiquísima ciudad (griega, etrusca, romana, gloriosa república marinera más tarde y, en fin, parte del Gran Ducado de Toscana bajo los Médicis). Pisa desarrolló su arquitectura original componiendo formas clásicas y orientales. En Pisa, además, nace la gran escultura gótica italiana de Giovanini, Arnolfo del Cambio, Andrés y Nino Pisano. Entre el principio del siglo XI y finales del XIV, Pisa es uno de los más activos e importantes centros artisticos italianos. Prueba de ello es el impresionante conjunto de edificios constituidos por la Catedral, Batisterio, Torre o Campanario Inclinado, y por el antiguo Camposanto que, en su intacta soledad, forman uno de los ángulos más solemnes y encantadores de toda Italia. De este fabuloso florecer de obras de arte no podemos intentar ni siquiera una lista modesta: desde la soberbia Puerta de bronce de Bonano (finales del siglo XII) al Púlpito de G. Pisano (1310) en la catedral, al mosaico de Cimabúe, pinturas de A. del Sarto, Beccafumi, Sodoma; tallas del coro, Tumba que Tino de Camaino que esculpió para el emperador Arrigo VII; la increíble colección de esculturas griegas, romanas y medievales que se agrupan en los cuatro lados del Camposanto (1300-1400) bajo un florido conjunto de frescos medievales con la sucesión de maravillas que se completa sobre un fondo de ambiente, alterado por siglos sucesivos.

Terminada nuestra visita a la catedral y a los edificios de alrededor, recorremos la calle de Santa María hasta llegar al Arno donde surge San Nicolás junto al Palacio Real (1500) que flanquea el Lungarno. Atravesado el puente de Solferino se pasa a la orilla opuesta donde, cara a la Ciudadela, se encuentra San Paolo a Ripa d'Arno, de fachada románica, conbonitas obras de escultura.

Circuito pasando por Toscana, con salidas regulares

Superado de nuevo el puente, econtramos la delicadísima Santa María de la Spina (Espina), joya del gótico pisano. Se sigue el Lungarno hasta el Ponte di Mezzo, entre bellísimos palacios antiguos; superamos la Logia dei Banchi (1600), y, por la calle de San Martín, en el antiguo barrio de los mercaderes árabes, encontramos la antiquísima iglesia del Santo Sepulcro, octogonal (siglo XII). con sugestivo interno; más adelante, la gran iglesia de San Martín, con bellas pinturas. Desde aquí se vuelve de nuevo al Arno, se atraviesa el río por el puente de la Fortezza (Fortaleza) con magnífica vista sobre ambas orillas, y se llega al Lungarno Mediceo, donde se halla el Museo Nacional, importantísima colección de pintura, (Simón Martini, Angélico, Masaccio, Gentile de Fabriano, Sodoma etc.), a más de un soberbio grupo de primitivos, y escultura griega, romana, medieval y del Renacimiento.

Por calle Giovanni de Simone, se llega a San Francisco (frescos de Tadeo Gadi, Nicolás y Pedro Gerini) y luego a Sania Catalina, encantadora iglesia C9n tablas de Traini y esculturas de Nino Pisano. Se alcanza ahora plaza de los Cavalieri (Caballeros) circundada de edificios del Renacimiento, entre ellos el Palacio de la Caravana, de Vasari, (1562), con la fachada pintada al fresco; el palacio del Reloj. la iglesia de San Esteban de los Caballeros.

Estamos ahora en el centro de Pisa y podremos recorrer las calles antiguas llenas de estupendos palacios.

Tropezamos todavía con la bella iglesia de San Miguel in Borgo (San Miguel en el Burgo) con fachada pisana y arcos góticos (siglo XIV) antes de llegar a la plaza Garibaldi animado centro de la actual ciudad.

Desde Pisa se puede hacer una bonita excursión a la Basílica de San Pedro a Grado (7 km) notable y gran iglesia románica eririgida en el lugar en donde, según la tradición San Pedro desembarcó en suelo de Italia. Desde aquí, además de la tupida Pineda de San Rossore, se puede tomar la autopista y llegar, en 54 km a, PISTOIA.