EL VALLE DE BELICE (Trápani) ITALIA

Rocca del Pomo en Valle Belice, Trápani

El Valle de Belice

El Valle de Belice penetra en el corazón del territorio provincial, regalando nuevas sensaciones, hechas de colores, perfumes y sabores de características fuertemente distintivas. Nada más llegar al valle que se extiende a lo largo del río, uno se da cuenta inmediatamente que el paisaje ha cambiado totalmente. La vegetación se convierte en más espesa y exuberante. Entre los viñedos y olivares habituales, se vislumbra el verde brillante de los prados que, inundados de ovejas y cabras, se extienden como alfombras al sol, rodeados de campos de trigo. Guardián de antiguas tradiciones campesinas, este valle es tierra de memoria en la que todo huele a naturaleza incontaminada y tiene sabor de autenticidad.

Castelvetrano en el Valle de Belice, Trápani - Sicilia

Castelvetrano, el centro más grande de la zona, nos introduce en la tierra de la valiosa calidad de la oliva Nocellara de Belice, cuya Denominación de Origen Protegida (DOP) se extiende desde aquí hasta Campobello di Mazara y Partanna. Cultivada ya por los griegos de Selinunte, en el siglo VII a.C., este jugoso fruto tiene la doble aptitud de oliva de mesa y oliva de aceite. Molida en frío, produce el Aceite DOP Valle de Belice, un aceite para verdaderos entendedores, de color verde que tiende al amarillo y de gusto afrutado con retrogusto de almendra. El área de mayor concentración del cultivo, presente en el aceite al menos en un 75%, comprende el territorio de los municipios de Castelvetrano, Partanna, Campobello di Mazara, Santa Ninfa, Poggioreale y Salaparuta.

El centro histórico de Castelvetrano es rico en monumentos e Iglesias en los que los diferentes influjos se mezclan en las arquitecturas que muestran estilos superpuestos, desde el estilo del renacimiento al del Barroco catalán. La Iglesia Madre, decorada por el conocido estucador palermitano Gaspare Serpotta, la Iglesia de San Domenico, la Iglesia del Purgatorio, el Teatro Selinus y la preciosa Iglesia de la Trinidad, representan las etapas de un itinerario de arte y cultura excepcional que se combina perfectamente con las sugestiones del cercano parque arqueológico de Selinunte.

Cretto Gibellina - Valle de belice en Trápani

El valle ha sufrido un grave trauma en 1968, cuando un terrible terremoto arrasó gran parte de los pueblos de su territorio. Localidad símbolo del coraje con el que estas localidades han conseguido superar el drama es Gibellina, integralmente reconstruida, poco distante del lugar donde surgía. Gibellina Nuova, aún manteniendo la tradición campesina, ha sido edificada con la contribución de artistas contemporáneos de fama internacional que le han permitido encontrar una nueva identidad proyectándose hacia el futuro. Se accede al pueblo atravesando la imponente escultura de la Estrella de Consagra (Stella di Consagra), monumento símbolo de la nueva ciudad, realizada por el famoso arquitecto Pietro Consagra, que introduce al escenario del Sistema de las Plazas, la Iglesia y las obras de arte futuristas colocadas en cada rincón de la calle. La vieja Gibellina, en 1973, ha sido revestida por Alberto Burri con un inmenso sudario de cemento, los Cretti di Burri, magnífico ejemplo de land art, donde vienen puestas en escena las Oréades de Gibellina.

En frente de Ghibellina se encuentra Salemi. Su precioso centro histórico se caracteriza por un esquema de base árabe, con callejones ciegos muy articulados, patios segregados y escalas empinadas en acantilados. Bonitas la Matriz barroca y el complejo de la Iglesia de los Jesuitas.

Circuitos por Sicilia, con salidas regulares

En posición elevada se admira, imponente, el castillo Normando. El día de San José las calles del pueblo se animan por una suntuosa fiesta en honor al santo y en todos los sitios se erigen los tradicionales altares adornados ricamente con centenares de panuzzi, panes típicos elaborados con forma de fruta, flores y hortalizas que son verdaderas obras de arte. La escena frontal de los altares está dominada por los cucciddati, grandes hogazas entalladas de un peso de entre 3 y 7 kilos. Los dos días que preceden a la fiesta, las mujeres preparan con ardor más de cien platos destinados al banquete ritual. Una cena larga y rica de especialidades locales que se ofrecen a todos los visitantes como un rito compartido.

Santa Ninfa, colocada entre Segesta y Selinunte, ofrece un paisaje rico de bosques, como el de las Finestrelle, en el que se encuentra el Museo etnoantropológico. La gastronomía local ofrece el cordero 'nziro achicharrado en una quartara (ánfora) de terracota con aceite, cebolla, laurel y patatas. Otra especialidad de la zona es el tiano, un pastel de brócoli, qualeddu (una verdura local), sardinas frescas e hinojo.

Castello Grifeo di Partanna en el Valle de Belice Trápani

Castello dei Graffeo, en Partanna, Partanna es otro centro que merece una visita por la belleza de su Castillo, recientemente restaurado, y la Matriz en torno a los cuales durante la Baja Edad Media se construyó el primer núcleo del centro histórico, ceñido por murallas. Aquí la ricotta (requesón) es la star absoluta, utilizada en la preparación de gran parte de platos típicos: pasta con habas frescas y ricotta, albóndigas de ricotta, pasta con ajo y ricotta salada. La crianza de ovinos produce sabrosos corderos y cabras que se cocinan con el apoyo de patatas al horno y en la sartén. La oveja, en cambio, se prepara cocida con las verduras o estofada con patatas e hinojo.

Desarrollada en torno a un caserío medieval perteneciente al feudo de Calatafimi, Vita regala extraordinarias excursiones naturalistas en el cercano Bosque de la Baronia. Vita también es famosa por la sugestiva celebración de la Madonna de Tagliavia que tiene lugar cada mayo desde hace más de cien años. Aniversario religioso que imita festividades paganas, vive su momento más característico durante el desfile del Carro del vino y las olivas y de la Carroza del pan. Las calles, llenas de gente, se cubren con los característicos "cucciddati", pequeños panes que se tiran alegremente del carro a los espectadores que están en la calle.

Salaparuta constituye otra pieza del rico puzle de centros agrícola que componen el valle. Existía ya en la edad árabe con el nombre de Mezil Salah, que significa Caserío de la Señora; ha tomado el nombre de la familia Paruta que construyó la actual aldea. Agradables los restos del Castillo de época medieval, recompuesto en el siglo dieciocho. En esta zona es posible degustar el belicino, queso de pasta compacta producido con leche de oveja del valle de Belice al que se añaden olivas Nocellara, refinadas en salmuera precedentemente.

Eso y mucho más puede ofrecer el valle de Belice, que asegura al turista curioso, que ama viajar en busca del descubrimiento de nuevos territorios, una sorpresa en cada paso, una emoción en cada respiro.