Islas Égadas
En el mar que se encuentra enfrente de Trapani, tan cerca que casi parece que se puedan tocar, las islas Egadi emergen del agua para mostrar toda su belleza salvaje.
Favignana
La isla más grande de las tres, con una inconfundible forma de mariposa, es como si estuviera colocada sobre el mar con la misma gracia que el insecto al que se le parece.
Dando la bienvenida, la austeridad de la Atunara Florio (Tonnara Florio), magnífico ejemplo de arqueología industrial, y la encantadora elegancia del liberty del Palacio Florio. Ambas construcciones significativas para la isla que, durante años, ha unido su destino económico precisamente a la familia Florio, propietaria de las históricas atunaras de Favignana. Una tradición, la de la matanza del atún que aún se lleva a cabo en la actualidad en estos mares y a la que es posible asistir. El atún también es protagonista de la gastronomía local. Preparado con el ragú, en albóndigas o en agridulce, de éste se obtienen especialidades deliciosas que forman parte de una tradición secular: la bottarga (huevos de atún secados y salados), la ficazza (una especie de salami picante de atún), la tunnina salata (filetes de atún ahumados) e incluso el lattume (líquido seminal de atún secado y puesto en sal que se degusta embutido con aceite o bien frito en la sartén).
El corazón del centro habitado, la Plaza Matriz (Piazza Matrice), poco distante del puerto, lleno de vida entre las tiendas de souvenir y los tenderetes de productos típicos. Valiosa la taoba de la isla que, extraída y cortada en cantuni (bloques), se comercializaba en toda Sicilia y África Septentrional.
El mar, primer actor indiscutible de la isla, se viste de mil colores a lo largo de la costa, desde Cala Azzurra, Grotta Perciata, Cala rotonda hasta el blanco de la playa de Lido Burrone. La encantadora Cala Rossa, con su nombre, recuerda que el verde esmeralda de sus aguas se tiñó de sangre en la batalla naval de la primera Guerra Púnica que se combatió aquí el 241 a.C. El evento ha dejado, acostados en las profundidades de la zona, vasijas de ánforas, jarrones, y otros restos que han hecho de Favignana precursora en Europa de la arqueología submarina.
Los hallazgos, dejados en su contexto originario, enriquecen de fascinación los recorridos de las inmersiones submarinas propuestas en el Área Marina Protegida Islas Egadi, la reserva marina más grande de Italia que abraza el mar encerrado entre las islas y el archipiélago.
Levanzo
Desnuda y rocosa, es un rincón de paraíso para los amantes de la quietud y la simplicidad.
La vida transcurre lenta en el paseo de la única calle que atraviesa el pueblo, mientras que las casas escalan, con su candor, en la montaña que dejan debajo, convirtiéndose en auténticas terrazas al mar. Las únicas ocupaciones posibles en la isla son los paseos a lomos de un mulo en el campo del interior, las charlas en el bar y, naturalmente, los baños en el mar. Las aguas arrulladoras de Cala Fredda y Cala Minnola son inolvidables, así como la fascinante Cala Tramontana en el norte de la isla y Cala Calcara, en el sur. Tampoco se puede uno perder la Grotta (cueva) del Genovese, donde se han encontrado grafitis prehistóricos que representan escenas de caza y pesca, figuras humanas y de animales que dan prueba de la presencia del hombre en la isla hace más de 10.000 años.
Marettimo
Más lejana de Trapani, con respecto a las otras dos, la isla de Marettimo está hecha sólo de naturaleza incontaminada, gente genuina y vida de mar. El pueblo es un conjunto de simples casas blancas de pescadores, apretadas entre el mar y la montaña.
Del pequeño centro habitado parten recorridos naturales de belleza extraña que dejarán sin aliento a los apasionados del trekking ecológico, con una flora rica de especies que no se pueden encontrar en otros lugares de Sicilia. Subiendo sobre un costado de la montaña que domina el pueblo, se llega a las Casas Romanas, restos que testimonian la presencia de una guarnición romana en la isla. El mar en torno a la isla es de un color indescriptible, ver para creer, y se insinúa en las encantadoras cuevas excavadas en la roca. Maravillosa la Grotta del Cammello donde, entrando con la barca, se puede alcanzar nadando la romántica playa de grava que se encuentra en el fondo. También merece una visita la Grotta del Presepio, donde la fantasía popular ha asociado el aspecto de algunas estalactitas y estalagmitas a las figuras de un pesebre. Las calles del pueblo, con ocasión de la Fiesta de San José, en el mes de marzo, se adornan con los típicos altares decorados por los tradicionales panes y se animan con las características cenas con más de cien platos, en un espectáculo de folclore local que la belleza de la isla enriquece de fascinación.
De vuelta a Trapani, después de haber estado en las islas Egadi, resulta inevitable girarse a mirar por última vez, con una pizca de melancolía y con la mutua promesa de volver, conscientes de que ningún otro sitio será nunca jamás comparable con estos tres rincones de paraíso suspendidos entre el cielo y el mar.