TRÁPANI (Arqueología) ITALIA

Teatro Griego en Segesta

Arqueología en Trápani

Fragmentos de civilizaciones perdidas, sepultadas por debajo de metros de arena y tierra, surgen como por encanto del subsuelo en los alrededores de Trápani. Relatan la vida de pueblos desaparecidos cuya historia se entrelaza con el mito y la leyenda. Hablan de Enea y sus compañeros que, fugados de Troya, se refugiaron precisamente en estos lugares, dando inició al pueblo de los Élimos, que la historia sitúa como el origen de Trápani y Erice.

Siguiendo las huellas de los Élimos se llega a uno de los asentamientos más importantes, Segesta. Entre las colinas, dos fascinantes hallazgos sorprenden por su escenografía: el teatro griego y el templo dórico que, aislados en el campo, llenan con su majestuosidad el vacío del entorno.

Templo Dórico en Calatafimi, Segesta

El templo, en una altura en el centro de un precioso valle, aparece de repente al final de una corta subida. Sobre todo asombra cómo se ha conservado intacto después de tantos siglos, aún en pie sobre sus poderosas columnas. Un misterio se esconde entre estas piedras: parece como si el templo no estuviera terminado. Permanecen desconocidas las razones de este abandono. ¿La aparición de un nuevo culto indígena o una amenaza inesperada? Estas columnas sin ranuras, los bloques de escalinatas no cinceladas no parece que quieran desvelar el secreto, bajo el sol que penetra dentro del templo sin cobertura. En la cumbre más alta del monte Barbaro, el teatro griego conquista una posición privilegiada, orientado hacia el golfo de Castellammare, que en los días más nítidos se vislumbra en el horizonte. Excavado en las laderas de la colina, podría contener 4.000 espectadores. Aún hoy en día, en las veinte gradas que han sobrevivido, el público tiene el privilegio de asistir a espectáculos teatrales clásicos, propuestos en verano con una cadencia bianual. Un auténtico salto en el pasado. El grande santuario del siglo IV-V completa el escenario del parque arqueológico de Segesta, donde las excavaciones en curso están sacando a la luz restos de la ciudad antigua.

Calatafimi, en Segesta

A pocos kilómetros de Segesta, se encuentra Calatafimi. La aldea, de origen árabe, se ha hecho famosa por la batalla que Garibaldi combatió aquí en 1860. Interesantes las arquitecturas de la Iglesia del Carmen (Chiesa del Carmine), la Iglesia del Crucifijo (Chiesa del Crocifisso) y la Iglesia Madre (Chiesa Madre). Se deben degustar los mufuletti, panes blandos rellenos de requesón que los fieles reciben en donación con ocasión de la Fiesta de los Cuatro Santos Coronados (Festa dei Quattro Santi Incoronati), el primer sábado de noviembre. Y para San Biago se preparan y ofrecen los miliddi, sabrosas galletas de pan.
Para vivir la emoción de un paseo entre las calles de la antigua ciudad griega, no puede faltar una etapa en Selinunte. La colonia griega más occidental, enemiga acérrima de Segesta, hoy se presenta como un laberinto de calles y restos de antiguos edificios. Por la cantidad, el valor y la dimensión de las ruinas, el de Selinunte es uno de los parques arqueológicos más importantes del Mediterráneo. Fundado en 1993, cubre 270 hectáreas de terreno y se extiende en un precioso campo salvaje que exalta la silenciosa belleza de sus restos.

El hecho que en Selinunte, junto a la originaria alma griega, se desarrollara una simpatía por los usos y costumbres típicamente púnicos, hace que el estilo artístico de los restos sea verdaderamente original respecto al de las colonias griegas de la parte oriental de Sicilia. Esto se puede admirar, además de en las maravillosas metopas que decoraban los frontones de los tempos (hoy conservadas en el museo arqueológico regional de Palermo), también en el famoso Efebo de Selinunte (en la actualidad en el museo cívico de Castelvetrano), estatua de bronce que junto a características griegas presenta particularidades claramente locales.

Museo del Satiro Danzante en Mazara del Vallo

El material para la construcción de los grandiosos edificios de Selinunte se extraía de las Cavernas de Cusa (Cave di Cusa), a nueve kilómetros de la ciudad antigua, hoy en territorio del municipio de Campobello de Mazara. Entre la caliza tobácea que surge del terreno y los cortes profundos bien visibles en la roca, se viene catapultado literalmente a hace 2.000 años, en el momento en el que, quizás por la inminente llegada de las tropas cartaginesas que habrían arrasado la ciudad, se interrumpió el trabajo de manera repentina. De hecho, parece como si el trabajo de extracción y transporte de la piedra haya sido fijado en un instante preciso del tiempo, como en una fotografía.

Dando un enésimo salto en el pasado, una visita al Museo del Sátiro de Mazara del Vallo. Surgida de las profundidades del canal de Sicilia, atrapada entre las redes de un pesquero, la estatua fue hallada en dos templos. En la primavera de 1997 se encontró una pierna; casi un año después, en marzo 1998, el extraordinario hallazgo del cuerpo sin otra pierna. Dejada en manos de los cuidados del Instituto Central de la Restauración de Roma, la encantadora figura del Sátiro danzante fue restituida a la ciudad de Mazara del Vallo, que la exhibe con orgullo en el museo dedicada a ésta. Después de la sugestión del mundo clásico, una vuelta en Mazara del Vallo puede ser un óptimo pretexto para volver al mundo contemporáneo.

Mazara del Vallo en provincia de Trápani, Sicily

El puerto canal de Mazara ofrece abrigo a la flota pesquera más numerosa de toda Italia y es verdaderamente un espectáculo increíble en los días de sol claro. La ciudad, surgida sobre la ribera del río Mazzaro, custodia tantos tesoros preciados como el Castillo normando, la Iglesia de S. Veneranda y de S. Ignazio. Remonta a la época barroca la construcción de la bonita Piazza della Repubblica sobre la que se asoman el Seminario de los Clérigos (Seminario dei Chierici), el Palacio Episcopal (Palazzo Vescovile) y la Catedral. La parada en Mazara puede convertirse en aún más gustosa si se completa con una degustación de la gastronomía local, testimonio de tradiciones antiguas. Muy recomendable 'A milanisa', una deliciosa variante de la pasta con las sardinas que los mazareses preparan con la salsa de tomate en lugar del azafrán, o bien las vope (bogas) sin espinas y embutidas con un relleno de migas condimentadas, o las sardinas en beccafico que, abiertas en libro y rellenadas con un relleno de migas condimentadas, pasas y piñones, se guisan en la sartén con el tomate. No puede faltar el requesón que sirve de relleno para dulces de hojaldre frito con forma de medialuna que en Mazara se llaman raviola, en Marsala cappidduzza y en Trápani y Castelvetrano cassatedde. Los sabores de esta parte de Sicilia logran sorprender y emocionar tanto como la misteriosa fascinación de los restos de las civilizaciones antiguas. Después de haberlos probado, el resultado es el mismo, un salto en el pasado.