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Civilización Adriática y Véneta
Viajar en coche: Ravenna
(o Rávena), antigua capital del Imperio romano de Occidente, después del Reino de los Godos de Teodorico, pertenece por fin a Bizancio; luego comienza su decadencia.
Florece de nuevo durante el efímero gobierno veneciano, decae otra vez pasando a los Estados papales para resurgir en nuestros tiempos. La ciudad custodia un testimonio impresionante de arte y de cultura por la homogeneidad y carácter. Un grupo fabuloso de monumentos supervivientes hasta nosotros y casi intactos desde el primitivo Medioevo, nos ha dejado la gloria del arte bizantino que floreció en suelo italiano.
Junto a la calle Cavour, para quien entra en la ciudad surgen, en un lugar lleno de verde, la Basilica de San Vidal (siglo VI) y el Mausoleo de Gala Placidia (siglo V), vasta construcción octogonal; la primera con doble logia a cúpula octogonal, una de las construcciones más geniales de la arquitectura de todos los tiempos que influyó intensamente en las sucesivas construcciones sacras de Occidente.
El segundo, humildísimo V pequeño templete, poco más que una campana, en forma de cruz griega y construido en ladrillo. Pero el interior es espléndido en azules y oro en sus mosaicos, lo más sugestivo de Rávena, quizá más impresionante aún que las mismas escenas de Justiniano y Teodora que brillan sobre las paredes de San Vidal. En el Museo Nacional, esculturas de antigüedad clásica, marfiles, bronces, etc. Por calle de S. Vital y Paolo Costa, alcanzamos el Batisterio degli Ariani (De los Arianos) (siglo VI) adornado de mosaicos en su interior. Allí mismo, muy cerca la Iglesia del Santo Espíritu, torre Renacimiento con bonito Protiro. Por el paseo Farini, que va a la estación ferroviaria, se llega a la iglesia de San Juan Evangelista (siglo V) de airoso ábside: se retrocede hasta calle de Romaque seguiremos hasta llegar a S. Apolinar el Nuevo, cuya severa fachada del siglo VI se suaviza con una bonita logia del quinientos.
Al salir se supera la fachada del palacio llamado degli Esarchi (siglo VIII) y se llega a Santa Marta in Porto (Santa María en el Puerto) iglesia del siglo XVI con fachada barroca (cuadros de Scarsellino, Palma el Joven) que conserva junto al claustro, una luminosa logia de primeros del 1500. Se vuelve por calle de Roma hasta el ángulo con la de Guacimani que se recorre hasta llegar a la severa Basílica de San Francesco (sifitlo X) junto a la cual surge la modesta Tumba de Dante Alighieri. Por la plaza Garibaldi llegamos a la del Popólo, donde se alza el Palacio Comunal (1400), junto al cual, dos columnas, recuerdan el paso de Venecia. Por plaza Kennedy, con el macizo Palacio Rasponi se llega a la Catedral (setecientos) que surgió sobre el mismo lugar de la abatida Basílica Ursiniana, pero allí cerca se levanta, intacto en la perfección de sus formas y el esplendor de sus decoraciones en mosaico, el Batisterio, que fué conseguido al transformar un establecimiento balnear romano.
Detrás del Batisterio se abre el Museo Arzobispal que contiene, entre otras muchas cosas, la obra maestra en marfil: la Cátedra del Obispo Maximiliano (siglo VI). En la cercana Academia de Bellas Artes, se conservan, además de la famosísima estatua yacente de Guidarello Guidarelli, cuadros primitivos de Lorenzo Monaco y Mateo de Giovanni; del Renacimiento, Vasari, etc., entre los que sobresalen los pintores emilianos v de Romana.
Detrás de la estación de ferrocarril, junto a la carretera para Ferrara, se verá el Mausoleo de Teodorico (siglo VI) de ciclópica fuerza bárbara. Mientras a los 5 km en la carretera que nos lleva a Rímini veremos la más bonita iglesia ravenense erigida en el siglo IV: San Apolinar en Classe: espléndidos mosaicos en el presbiterio, con magnifico campanario cilindrico.
Se sale de Rávena por la calle de Roma y, bordeando el mar o los pantanos, se llega a COMACCHIO.