Civilización Adriática y Véneta
Viajar en coche: Vicenza

Ruta Civilización Adriática y Véneta en Italia

VICENZA que, después de una historia parecida a la de Verona, floreció de nuevo con Venecia (desde 1404). Si Verona tiene un aspecto en prevalencia medieval, Vicenza presenta un rostro renacentista que le dió, sobre todo, su máximo hijo: Andrés Palladio.

Se entra en la ciudad flanqueando el Jardin Salvi (además, las Logias Valmarana y de Longhena), sobrepasando la almenada Puerta Castillo nos encontramos en Corso Palladio, avenida famosa que corta el centro de Vicenza de un extremo a otro. A la izquierda, el palacio Bonin (hoy Thiene), de los Scamozzi; enfrente, el Palacio Bizzarri-Malvezzi. Por el corso Fogazzaro llegamos a la franciscana iglesia de San Lorenzo, románico-gótica, con notable portal y luminoso interior en cuyas capillas se ven frescos antiguos y tumbas de ilustres vicentinos. Por Contra Pedemuro S. Biagio, se llega a Contra Porti, con sus espléndidos palacios; a la derecha, la gótica casa Portoscaroni y palacio Biego, ahora Porto Festa (1552), obra de Palladio (en el interior pinturas de Tiépolo); Palacio Colleoni-Porto, gótico veneciano; a la izquierda, Casa Trissino, ahora Sperotti, restaurada después de las mutilaciones de la incursión aérea de 1942. De nuevo a la derecha, el Palacio Theiné con portal de terracota.

Preparados por lo que hemos visto, al estilo de construcción vicentina, llegamos a la estupenda plaza dei Signori (De los Señores), con la poderosa Basílica, obra de Palladio (1549), la hermosa logia del Capitán, obra del mismo autor, y el amplio Palacio lombardo del Monte de Piedad que incorpora la barroca fachada de San Vicente. Las dos columnas sostienen, a la usanza véneta, una estatua del santo y el león de San Marcos, símbolo de la república de Venecia.

A lo largo de uno de los lados de la Basílica, llegamos a Plaza de las Yerbas, con su Torre medieval y luego a plaza Biade, con la gótica Santa María de los Siervos. Volvamos por la derecha al Corso Palladio (a la izquierda, en el ángulo, encontramos el gótico Palacio de Schio; en Contra Santa Corona, la iglesia del mismo nombre; en ladrillo, con un grandioso portal en mármol. En su interior, Bautismo de Jesús, de Giovanni (Juan) Bellini; Adoración de los Magos, del Veronés, y la soberbia capilla Valmarana, de Palladio.

Con un breve recorrido llegaremos a dos de entre las más altas creaciones de Palladio; en la plaza, donde termina el Corso; el Teatro Olímpico, comenzado por el artista poco antes de morir y terminado por Scamozzi (1583), primer teatro concierto de la ópera moderna. Vemos luego el palacio Chiericati (1550) con las colecciones artísticas de la ciudad: importante Museo Arquelógico (donde admiraremos el espléndido Baco de arte praxitélica) y la Pinacoteca que contiene, además de una bella antología de pintura vicentina (Montagna, Buonconsiglio, Maffei, etc. importantísimas telas de Cima de Conegliano, Lotto, Veronés, Bassano, Tintoreto, Van Dyck); la admirabile Diana de Pittoni, cuadros de Tiépolo, (Inmaculada) Piazzetta y una obra de arte flamenco: el Calvario, de Hans Memling.

Por calle J. Cabianca, se llega al Palacio Godi, de los Scamozi (1569) y, desde aquí, a la Casa Pigafetta, magnífico ejemplo de gótico florido en donde nació el célebre navegante. Si llegamos después a la plaza del Duomo, admiraremos la Catedral en su majestad gótica, con cùpula de Palladio (en el interior, Políptico de L. Veneciano) y, en el patio del Palacio Arzobispal, la esbelta Logia del Renacimiento.

De la ciudad, subimos ahora hacia la colina sobre la cual surge la Basilica del Monte Bérico, para admirar, en el Refectorio, la obra cumbre del Veronés: El Convito de San Gregorio Magno (1572). Descendiendo del Monte Bérico, se alcanza a la derecha (a unos 500 m.) la Villa Valmarana, del setecientos, donde Tiépolo pintó (1757), uno de los más importantes ciclos de frescos. A poca distancia, la Rotonda, la villa más bella de Palladio y en la que se reconoce el modelo de centenares de villas clásicas de Francia, Inglaterra y América.

Al salir de Vicenza por Borgo se toma la sonriente carretera que recorriendo a los pies del monte Berici y, flanqueando villas, se dirige a Noventa Vicentina, con bellisimo Palacio Comunale del seiscientos. A los Berici se añaden ahora los conos volcanicos de los Montes Euganeos.