Entre Florencia y Roma
Viajar en coche: Tarquinia (1)

Tarquinia, uno de los lugares más sugestivos de Italia por entrecruzarse, en su breve territorio, tantas civilizaciones y épocas.

Según la leyenda fue fundada por Tarchum, hermano de Tirreno, hijo de Atis, que aquí desembarcó después de una navegación que tuvo su origen en el oriente mediterráneo. Torres y cimas se proyectan con perfil guerrero para acoger al visitante que sube, encantado, por un paisaje deslumbrante de rocas y olivos dejando a la espalda el azulado espejo marino.

Veinticinco torres se yerguen aún en la Tarqüinia medieval junto a magníficas iglesias; la románica de Santa Maria del Castillo. San Pancracio, San Francisco, románico-ojival. Entramos en el Palacio Vitelleschi (1439) levantado por Vitelleschi, singular figura de cardenal guerrero.

En el Palacio se aloja uno de los más importantes museos etruscos de Italia, con fabulosas colecciones de objetos, vasos, jarrones griegos v etruscos, sarcófagos, placas de piedra rocosa (nenfra) con incisiones de esfinges, leones, centauros, todas las bestias majestuosas de ese pueblo.

Se admirará la bella Virgen, de F. Lippi (1437), pero el interés mavor, aquí, en Tarqüinia, se halla constituido por las tumbas etruscas, las más impresionantes por la riqueza y la fuerza de su decoración pictórica. Algunas, amenazando ruina, fueron transportadas al Museo y montadas de nuevo; otras, las iremos a ver, después de ponernos de acuerdo con un guía solicitado en el mismo Museo, a la Necrópolis.

Aquí no podemos describir las treinta o más Tumbas importantes de Tarqüinia, de nombres caprichosos que recuerdan algunos particulares de las pinturas en ellas contenidas. Se alcanza la localidad de Monterozzi (forma de montañita como la de lastumbas) en donde, en una longitud de 4 km se extiende una desolada planicie: la Necrópolis. Fué violada y saqueada durante siglos: primero, por lo romanos, luego por los bárbaros.

El inglés Byres realizó los primeros descubrimientos a finales de '700, cuando en toda Italia se encendía la pasión de los descubrimientos arqueológicos. Las excavaciones continuaron durante todo el '800.