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Valle del Po
Viajar en coche: Ferrara
FERRARA, una de las más bellas ciudades de Italia, suntuosa capital del pincipado de Este; en la actualidad, ha resurgido de la envilecedora decadencia que coincidió con su ingreso en los Estados Papales.
Entramos en la ciudad por Puerta Po y siguiendo el Corso del mismo nombre, llegamos al cruce con el Corso Hércules de Este, en un vaivén de gloriosas arquitecturas: el Palacio Prosperi-Sacrati, el del Bagno (Baño) y sobre todo, el fantástico Palacio de los Diamantes, obra cumbre de Biagio Rosetti, (1492) construido para Segismundo de Este y donde, en la actualidad, se halla alojada la espléndida Pinacoteca, fundamental para el arte ferrares (Cosme Tura, Hércules Roberti, Cossa, etc.) con obras de Carpaccio y otros autores vénetos.
Paseamos por el amplio Corso Hércules I entre bellos palacios y jardines, hasta el cuadrado Castillo Estense (1385), maravilla de la arquitectura militar del medioevo y completado en los siglos sucesivos, transformado en Palacio Real cuyo mobiliario fué, desgraciadamente disperso. Existen, para testimonio del antiguo esplendor, algunas salas bellamente decoradas con pinturas al fresco. Al salir por el Corso de la Giovecca, superando a la izquierda el antiguo Hospital de Santa Ana, en donde estuvo largo tiempo encerrado Torcuato Tasso, se entra, por la derecha, a la calle Savonarola, donde surge la casa ('400), llámala Romei (pinturas al fresco en su interior) una de las más bellas moradas ferrareses, y la maravillosa iglesia del renacimiento delicada a S. Francisco (XV siglo).
Volvemos a Corso Giovecca para admirar el delicioso Palacete de Marfisa de Este 15591; al final del Corso, entre bellos fondos verdosos, llegamos a la calle Scandiana; donde surge el admirable Palacio Schifanoia (1391-1465), célebre por las pinturas al fresco que representan los Meses, una de las maravillas de la pintura italiana del Renacimiento y que atestigua, aún hoy, la fanstuosa y alegre vida en la corte del Duque Borso de Este. En el antiguo Museo, bronces renacimentales y vasos griegos y etruscos; entre todas estas obras de arte sobresale el Moisés de Miguel Ángel.
Al salir de Schifanoia, se encuentra la Basílica de Santa María en Vado, de Biagio Rossetti, con importantes cuadros y un bonito claustro. Desde Borgo Vado se alcanza el Palacio de Ludovico el Moro, gran obra de Rossetti, en cuyo interior se aloja el Museo Arqueológico, uno de los más ricos de Italia por las antigüedades etruscas y griegas. Pasando por las características calles de la ciudad se llega a la amplia plaza del Mercado al lado, la Catedral románica, obra de Wiligelmo, su arquitecto, y Nicoló, escultor (1135), con armoniosa fachada de tres cúspides y un interior rico en mármoles y cuadros; en el coro, el importante fresco del Juicio Universal, de Bastianino, seguidor de Miguel Ángel. En el antiguo Museo de la Catedral, pinturas de Tura, una Virgen De Jacobo de la Qüercia, tapices y espléndidos códices miniatos. Se verá luego el Palacio Comunal con el armonioso patio del Renacimiento.
En la tarde del duodécimo día de nuestro viaje, saliendo de Ferrara por Puerta Reno, tomaremos la carretera general que, a los 48 km nos lleva a BOLONIA.