Región de Le Marche (Las Marcas, en español)
Pueblos y ciudades de la provincia de:
Montefortino
En provincia de Fermo
Montefortino es uno de los asentamientos más importantes de la Comunidad de Montaña y del Parque Nacional Sibillini. El anfiteatro formado por las montañas es espectacular, con picos que alcanzan los 2000 metros como el Priora o el Pizzo Berro, pero la presencia más fascinante es la del Monte Sibilla, la profetisa que predijo el nacimiento de Cristo. El territorio de la Comuna actual, en la época de Augusto (29 a. C. - 14 d. C.), fue centurizado, dividido en una serie de parcelas cuadradas, asignadas a los soldados romanos como un premio al final de la carrera. La presencia de templos rurales romanos muestra el valor histórico. En el siglo XII se construyó el pueblo fortificado, encaramado en una colina ubicada en la margen derecha de los corredores del río Tenna.
Los municipios limítrofes de Montefortino son: Amandola, Bolognola (MC), Castelsantangelo sul Nera (MC), Comunanza (AP), Montemonaco (AP), Sarnano (MC) y Ussita (MC).
El pueblo parece estar suspendido en una colina como un único edificio homogéneo, yace sobre escalones semicirculares que forman un complejo de edificios cónicos. El perímetro del pueblo parece estar marcado por porciones de las paredes del castillo con algunas torres atornilladas y tres puertas de entrada, signos de la inquietud de finales de la Edad Media.
Montefortino tiene un importante patrimonio cultural en el área, pero también un lugar dedicado a la conservación y el mantenimiento de obras de arte: la Galería de Arte Cívico que lleva el nombre de Fortunato Duranti (1797-1863), Palazzo Leopardi, hogar de la Pinacoteca y el Museo Fauna de los Sibillini, que es un ejemplo muy valioso de la arquitectura noble del siglo XVI.
La antigua iglesia parroquial de Sant'Angelo en Montespino, cuyo primer documento data de 977, año en que el obispo de Femo Gaidulfo lo reservó para sí mismo y para el Episcopado Fermano, se encuentra a más de 800 metros. Gozó de muchos privilegios y ejerció los poderes más amplios en nombre del obispo. La fachada tiene un pronaos semicircular, el campanario del siglo XV sirvió como mirador; El interior de dos naves termina en ábsides semicirculares abiertos por tres ventanas de una sola lanceta. Las ocho columnas de la cripta, procedentes de edificios romanos, están formadas por diez tambores de diferentes diámetros y materiales: granito, brecha roja de Verona, mármol cipollino, verde antiguo y blanco Carrara. En seis de estos las capitales son de la época imperial.
El extraordinario panorama de platos y productos típicos nos permite hacer un emocionante viaje culinario en las tradiciones locales: desde el jabalí hasta el delicioso cordero de Sibillini, hasta los muy raros y preciosos dulces de alta montaña que aún se cocinan con las fragantes hierbas aromáticas de montaña. En el área de Montefortino, es posible encontrar y probar productos de la tierra y bosque de gran calidad, como las fragantes trufas (blanco y negro) y los champiñones, los boletus, el russole y los simples champiñones, que enriquecen lo amplio y sabroso patrimonio gastronómico.