El Patrimonio de las iglesias romanas es inmenso, ya sea por fe, o por arte e historia, y constituye la mayoría de los bienes culturales en Roma.
Las iglesias romanas se presentan ante el visitante con un orígen que se pierde en los siglos.
Desde los primeros siglos de historia, durante el período de paz bajo el imperio romano, las primeras comunidades cristianas se reunían a celebrar la misa y la Eucaristía en la residencia de algún nuevo miembro convertido a la nueva fe.
Estos edificios serán a menudo el primer nucleo de las primeras iglesias paleocristianas y medievales; y posteriromente restauradas y reconstruidas en épocas sucesivas.
Casi todas las iglesias medievales surgen sobre edificios de edad romana, las cuales todavía conservan algún vestigio en sus muros exteriores y en sus subterraneos. Entre las iglesias medievales y aquellas barrocas están las que constituyen la Roma del Quattrocento.

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