Bajamos por Corso Gelone para llegar a plaza Marconi, donde se encuentran las ruinas del Foro Romano. Por Corso Humberto I y el puente Nuovo, se entra en la isla Ortigia hacia Plaza Pancali con los restos de un
Templo de Apolo, el más antiguo de
Sicilia transformado por los árabes en mezquita.
Se toma calle Saboya y, dejando a la izquierda la iglesia (del quinientos) catalana de Santa Maria de los Milagros, bellísimo portal, se llega a Porta Marina, arco de arte gótico-español (siglo XV) que se asoma hacia el Porto Grande.
Por el Foro Itálico llegamos a la famosa Fuénte Aretusa, cantada por Píndaro, Virgilio y poetas modernos.
Siguiendo por la orilla, se llega a la extremidad de la isla donde surge el Castillo Maniace, bella fortaleza bizantina, ampliada bajo Federico II.
Volvamos atrás hasta calle Capodieci y veremos el Palacio Bellomo (doscientos) Museo Medieval con buena Pinacoteca (en la que se encuentra la íntima Anunciación de A. de Mesina). Se llega a la plaza del Duomo repleta de bellísimas fachadas, con el palacio (seiscientos) del Municipio, el del Beneventano del Bosco, cuyo patio es una obra maestra de la arquitectura barroca siracusana, el del Museo Arqueológico, una de las más importantes colecciones de antigûedad clásica de Italia, con la espléndida Venus Anadiomene, sarcófagos, jarros, bronces, etc.
La Catedral tiene la fachada barroca pero en el severo y sugestivo interior se elevan aún las grandiosas columnas dóricas del anterior Templo de Minerva. Entre las numerosas obras de arte, una de Antonelo de Messina.
De plaza del Duomo vamos a la cercana plaza Archimede (Arquímedes), centro de la ciudad, con la Fuente de Artemide, el Palacio Lanza, con bíforas gótica, el de la Banca de Italia y, en el ángulo con calle Montalto, el bellísimo de Montalto.
En la mañana del décimo día dejaremos Siracusa por el Paseo Ermocrate (Hermócrates) y costeando el borde de la Necrópolis atravesamos el Anapo, subiendo hacia Floridia (12 km).
Siempre trepando por un paisaje áspero y montañoso, se pasa (42 km) por Palazzolo Acreide, antigua villa renacida con fisonomía barroca después del terremoto de 1693 y que conserva el grandioso Teatro Griego y un Odeón de la antigua Acrae siracusana.
Atravesando los montes Iblei, se pasa: Buccheri, Vizzini y, tras 25 km Grammichele, cuyo modesto aspecto no nos debe hacer olvidar que se trata de uno de los más típicos ejemplos de urbanización renacimental, a planta central. Como mejor se aprecia es de lo alto (buscar una fotografía con la planta).
Se llega a Caltagirone en posición teatral sobre tres colinas, a 105 km. La ciudad es de origen prehelénica, pero su aspecto actual y barroco es tal y como ha resultado de la reconstrucción del terremoto, tantas veces recordado, de 1693.
Se verán la calle Córdova (Córdoba), con bellas fachada barrocas y las iglesias de San Pedro (neogótica) y S. Giácomo.
Se prosigue hacia PIAZZA ARMERINA.